Sobre las roturas y subsiguientes reparaciones

Recientemente, se produjo en casa un pequeño accidente: se cayó un cuadro que tenía un marco dorado, dañándose las esquinas de la parte superior. Afortunadamente, pudimos recuperar los fragmentos desprendidos, unos diez o doce, de manera que la reparación es posible, si bien habrá que hacerla con cuidado y paciencia, utilizando los materiales adecuados: cola blanca para unir los fragmentos, bol y pan de oro para recuperar el dorado.


Un incidente así lleva consigo un ansia por retornar al estado original, si puede ser inmediatamente; estaba, pues, muy inquieto después de saber lo que había ocurrido. Por casualidad, estaba ese día en Valencia y había planificado una visita a la Catedral de Valencia, que no conocía. Uno de los objetivos de la visita era ver el Santo Grial, el cual sufrió un accidente similar en la misa de Viernes Santo el 3 de abril de 1744. El hecho de conocer ese accidente, de una pieza tan importante, supuso un alivio instantáneo; un documento conservado en el archivo de la Catedral prueba que el Grial fue reparado inmediatamente, de hecho, el mismo día que se produjo la rotura:

Declaración sobre la fractura del Santo Cáliz:

«[...] al tiempo de extraer dicho santo cáliz, y de su copa la referida sagrada forma, resvaló dicha copa y se dividió en dos partes, y de la una de ellas por la parte superior del labio se quebraron dos pedazitos pequeños, que se hallaron separados y en continente, recogiendo todos los dichos fracmentos y cerrados dentro la misma urba, o cofrecillo […] hasta que en la tarde de dicho Viernes Santo […] se reconocieron los dichos fragmentos de la expresada copa de dicho Santo Cáliz, y discurriendo sobre su unión firme y consistencia fueron llamados […] Luys Vicent maestro platero, y sus dos hijos Luys y Juan Bautista Vicent, residentes en esta dicha ciudad, los cuales […] ajustaron y unieron los dichos fragmentos con diversos ingredientes, dexando dicha copa en la misma conformidad que antes estaba, consistente y firme, y en la propia forma, y figura que antes tenía, y sin disminución ni variación alguna»*.

* M. C. Osácar Soriano y C. Naya Franco, "El Santo Cáliz de Valencia: la materia prima del santo grial", p. 104. Págs. 92-107 en Las reliquias y sus usos. De lo terapéutico a lo taumatúrgico (Universidad de Zaragoza - Universidad de Salamanca, 2022)


En la misma línea, conocí de primera mano recientemente cuál fue el criterio para reconstruir (digamos escenográficamente) la capilla de San Isidro de la iglesia de San Andrés en Madrid. El propio Javier Vellés me dijo textualmente: el criterio es el mismo que cuando se tiene un accidente (un golpe) en el coche, uno quiere tener el coche exactamente igual que antes (y lo más rápido posible, diría yo).
No hay nada más que añadir.








No hay comentarios:

Publicar un comentario