Sobre techumbres de madera


    Techumbre de la capilla mayor de la iglesia del monasterio de Sancti-Spiritus (Toro, Zamora)

«Confiamos demasiado en el buen gusto del público para suponer que hubiera quien prefiriese esas bóvedas de cañizo y yeso forradas de papel que coronan tristemente algunas fábricas modernas, dando a conocer tanta pobreza de recursos materiales como de fantasía, a las ricas y elegantes techumbres que cubrían los salones de hace trescientos años, y que hoy sirven de admiración a viajeros y anticuarios; al cual hay que añadir que, hasta por razones económicas, convendría reproducir estos modelos, porque su construcción, facilitada por la práctica, competiría indudablemente en baratura, a lo menos tratándose de edificios de cierta importancia, con el abigarrado ornato de los estucos, papeles pintados y bóvedas fingidas que hoy se usan».

José Fernández Giménez, del prólogo de la edición en 1867 de La carpintería de lo blanco, obra original de Diego López de Arenas, p. xiv.

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